Desde hace muchos siglos el ser humano ha inventado todo tipo de artefactos para poder volar, desde el globo aerostático, las alas delta, y por supuesto, los aviones y avionetas; pero quizá sea el paramotor el primer aparato que le ha dado la independencia suficiente para despegar y aterrizar prácticamente a voluntad.
John McCarthy Moreno, empresario del mundo inmobiliario en Los Cabos, es un apasionado de este deporte para el que se necesitan condiciones de viento favorable, es decir “poco viento pero algo de viento“, precisó.
También se requiere un área despejada, cualquier playa es suficiente para ello y después sólo hay que levantar la vela y echar a andar el motor, para estar volando dos o tres segundos después.
“Lo primero que debes dominar es la vela y necesité paracticar durante tres meses y sólo hice un vuelo con un instructor antes de volar solo”.
McCarthy dijo que esta actividad sí tiene un riesgo, similar al de andar en motocicleta; “incluso si se te para el motor, tienes tiempo de reaccionar planeando con la vela a diferencia de un helicóptero que si se detiene se desploma.
Además, traes un paracaídas de emergencia y un flotador y con un tanque promedio lleno, te permite volar durante tres horas”.
Hasta ahora la actividad no está regulada en México y en Estados Unidos está considerado como un ultraligero.
McCarthy dijo que en los seis meses que lleva volando con su paramotor, sobrevolar la Playa de Balandra es la actividad más sobrecogedora que le ha tocado ver desde las alturas.
