La Penísula de Baja California es una de las regiones más azotadas por los huracanes en México, pero ese es apenas uno de los riesgos que enfrentan las propiedades inmobiliarias en la zona.
Por lo que contratar un seguro no es opcional, sino que debe ser visto como una parte del costo de tener una propiedad en esta zona.
Además de su vulnerabilidad ante los fenómenos hidrometeorológicos como tormentas tropicales y huracanes; al ser una zona semidesértica, su orografía es cruzada por cañadas de ríos y riachuelos que permanecen secos durante la mayor parte del año, pero que arrastran gran cantidad de agua durante los periodos de lluvias torrenciales.
Además, se encuentran en una zona sísmica y el origen ejidal de muchas propiedades hace importante estar protegidos incluyendo en la póliza los riesgos de titulación.
Nadezda Levy, directora de Seguros de Intercam dijo que no sólo se contratan pólizas para propiedades terminadas, sino otras que son útiles durante la construcción misma.
El Producto más demandado, dijo, son las pólizas de seguros que ofrecen coberturas ante fenómenos hidrometeorológicos y, en ese sentido, hay que distinguir la propiedad misma, del mobiliario y el equipo eléctrico y los llamados “bienes a la intemperie” como palapas y albercas.
Habitualmente hay que pagar un sobreprecio, abundó, por las propiedades que se encuentran a menos de 500 metros a la orilla del mar, pues cuando llega un huracán son las primeras en ser afectadas por el oleaje y el movimiento de la arena.
Levy aclaró que el monto de estas puede disminuir, cuando los propietarios deciden invertir en cortinas anticiclónicas, que reducen en gran medida el riesgo por el paso de uno de estos fenómenos naturales.